martes, marzo 14, 2006

¿Qué eliges?¡....

Esto lo escribi hace ya siete años... Hay varias kosas ke han cambiado... Pero otras muchas ke no...
Lo pongo porke lo he encontrado de casualidad mirando en viejas kopias de seguridad... Y me ha asombrado komo aunke el tiempo pasa... Casi todo sigue siendo igual...

Es bastante largo... Aviso... Y sobre todo... Haced el favor de no tomaros al pie de la letra lo escrito...
Consideradlo un relato corto... Ni mas ni menos...

Se escuchaba en toda la casa el sonido de una gota al caer sobre un suelo ya húmedo, con aquel replicar lento pero continuo se fundía la melodía proveniente de un equipo Hi-Fi. Música lenta, llena de recuerdos y melancolía. Las luces estaban apagadas, sólo había claridad en el aseo. De donde salía también la fragancia de sales aromáticas, mezclándose en una sóla sustancia de aspecto lechoso, pesado, casi vaticinando la escena que se encontraba en el interior. Caminó sin hacer ruido por la casa, avanzando hasta el baño, oyendo aquel leve goteo. Acarició el quicio de la puerta y asomó su cara al interior de la habitación. El aire estaba lleno de vapor de agua, los espejos empañados, el suelo lleno de velas de diferentes tamaños y colores, todas ellas encendidas, todas ellas bailando levemente con cada movimiento del aire, sobre el retrete se encontraba colocada ropa negra. Apoyada sobre el bidé, una toalla de algodón con manchas de sangre, en el suelo, al lado de la bañera, una navaja de afeitar brillaba con los reflejos de las velas. Cerca de ella, pero sin llegar a tocarla, caía una mano de la que goteaba sangre. Lentamente, perlas de color carmesí que se destruían al tocar el suelo. Formando un espejo cambiante de color rojo. Cortes profundos en la muñeca, por donde se escapaba de manera inevitable la vida de aquel muchacho. Su piel pálida, su cabeza reposando sobre el borde posterior de la bañera, el pelo mojado, su cuerpo desnudo, su otra mano, yacía en el interior del agua caliente que le cubría hasta el pecho, se distinguían las hebras de sangre diluyéndose, fluyendo hacia el agua que le rodeaba, tenía la boca abierta, su cara no mostraba dolor, sino calma y paz. Los ojos miraban a un punto inexistente, lágrimas que brotaban con dificultad, confundiéndose con las gotas de agua que le rodeaban. No advirtió su presencia hasta que ella habló.

- Permiso para pasar.

Giró lentamente la cabeza hasta mirar a la dirección desde donde provenía la voz, allí se encontraba una joven mujer, de no más de veintitrés años, de cabello negro como el ébano y piel blanca como el marfil. De cuerpo esbelto, sonrisa cándida y ojos de tierna mirada.

- Pense que no vendrías.- Contestó el muchacho forzando una sonrisa.

- Sabes de sobra que iba a venir. Eres tú quien ha provocado mi llegada.

- Ya lo sé, estaba bromeando… Lo siento.- Comentó mientras volvía a poner su cabeza en la posición original, y cerraba los ojos.

Ella miraba nuevamente la habitación. Se agachó y acercó la palma de una de sus manos a la llama de una vela. Notando el calor sobre la yema de sus dedos.

- ¿Queda mucho?.- Preguntó él.

- No mucho, ¿por qué? ¿Tienes prisa por dejar de existir?

- No, no es eso… Es por saber cuanto me queda aquí.

- Poco, ya té queda poco tiempo.- El silencio reinó entre ambos durante unos segundos, el sonido de una nueva gota de sangre cortó ese intervalo de serenidad.- ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Sí, claro… Dispara.

- ¿Por qué lo has hecho?

- Por apatía, por soledad, por nostalgia, por no sentir el más mínimo interés en volver a ver como amanece. Ni como anochece. Por sentir que mi vida esta vacía y sin sentido. Por creer en ideales tan muertos como lo estaré yo en unos minutos. Por sentir que haga lo que haga, pase lo que pase, todo seguirá igual. Por creer en los sueños y vivir en una pesadilla permanente, por ser un segundo plato, un amigo en quien puedes confiar… Por no ver con mis ojos lo que mi alma anhela. Por sentir el peso de las desgracias ajenas… Por no encontrar consuelo a las mías propias. Por todo eso y por mucho más. Por eso me quito la maldición de la vida… Por no desear ninguno de los “dones” que se me han concedido.

- Sabes que hay gente que mataría por vivir como tú vives, ¿verdad?

- También sé que hay gente a la que mataría por vivir la vida que viven ellos… Pero eso no solucionaría nada… Todo seguiría igual…. Todo.

- ¿Tú crees?

- Si, lo creo así.

- Explícamelo, aun no comprendo por que algunos de vosotros, os quitáis voluntariamente la vida. Es el don más preciado que tenéis, y aun así. Lo abandonáis. ¿Por qué?

- Supongo que cada uno tendrá sus propios motivos. Yo tengo los míos, Y ya te los he explicado.

- No, me los has enumerados. Pero no explicados.

- Y quieres que lo haga ¿verdad? Bueno, que más da. Esto no es como en las películas, en donde cogen al malo por explicar con sumo detalle su plan, aquí ya es tarde para que alguien evite que llegue hasta el final, ¿verdad?

- Verdad…

- Bien, entonces te contaré él por qué de mis motivos… Supongo que ya habrás escuchado varias historias de este tipo. También supongo que todas ellas habrán sido diferentes, o quizás algunas de ellas tengan un nexo común, o sea… El mismo motivo esencial que llevó al suicidio. Por amor será lo más frecuente. También habrá casos más materiales, ahora mismo me viene a la mente los brokers que se suicidaron en aquel lunes negro del ’29. El caso es que yo no quiero seguir viviendo, sin más… La vida no me atrae, no sé si hay algo al final de todo esto, tampoco me importa, pero la simple existencia, me llena de tal tedio que no puedo seguir con ella. Sé que hay gente a mí alrededor, que “solucionarían” mi problema con un par de hostias bien dadas. No solucionaría nada. Seguiría en el mismo estado que antes de las dos hostias… Estoy divagando, ¿verdad?.- Ella asintió como única respuesta.- Perdona. Comenzaré de nuevo.

¿Cómo definiría mi vida? Monótona… Asi la definiría. Con 25 años, tengo todo lo que una persona de mi edad podría desear. O al menos casi todo, ¿entonces?… ¿Por qué no me sirve? Bien; no lo sé, pero no me sirve, tengo una familia que me quiere, o eso es lo que dice, sin embargo me asfixia; o siento que me asfixia día a día… Con pequeños y no tan pequeños detalles que hacen que prefiera la soledad a su presencia, todos… Todos ellos contribuyen a mi asfixia. Controlando todos mis movimientos, intentando aun imponerse sobre mis decisiones y proyectos. Enervando mis nervios con un comportamiento que no logro entender… Verás, mis padres me quieren, lo sé… Y sé, que todo lo que hacen lo hacen por mi bien, pero no ven… O no quieren ver que también necesito espacio para mí, y no es un espacio físico… Supongo que me explico… Estoy cansado de ver como no escuchan o no entienden mis suplicas y peticiones. Mis hermanos… Sólo tengo uno, pero es como si fuera dos… Lleva un par de años que hace lo que le sale de los cojones, cuando, como y donde quiere… Es más. Cosas que a mi no me han pasado por alto, sino que ha sido motivo de enfrentamientos muy serios con mis progenitores. A él no ha motivado una reacción más allá de una riña seria. Raro es el día que se levanta mas temprano de las diez de la mañana… Y atrévete a decirle algo al respecto, siempre te salta que lleva un par de meses que se encuentra muy raro, y que necesita tiempo para calmarse.

Tengo un trabajo bien remunerado, y no es demasiado estresante, pero no disfruto como quisiera de los beneficios que me aporta, no dispongo de dinero tal y como me dijeron que sería. Y no es por motivos fiscales, son familiares… Por otro lado, el trabajo, me ha separado de todo lo que me hacía sentir bien en esta vida; mis amigos… De estar casi doce horas al día con ellos… Ahora apenas los veo. De fin de semana en fin de semana, los muchachos de la empresa son buena gente, me siento a gusto con ellos, pero no es lo mismo… No puedo ser yo mismo, por temor a no ser aceptado y perder el empleo. Me reprimo constantemente en que responder y como actuar frente a mi jefe, o alguno de los compañeros. Mis amigos o conocidos… Supongo que se acercan más al segundo termino que al primero… Siempre que me encuentro con alguno de ellos, o les llamo por teléfono, me dicen lo mismo: “ Cuanto te echo de menos. Me acuerdo mucho de ti”. Sin embargo, si no soy yo quien les llama… No tengo noticia alguna. Es algo que no alcanzo a comprender, como se puede sentir tanto la separación de alguien y no hacer una mísera llamada de teléfono para saber como está… Por qué yo si me acuerdo de ellos… Y de vez en cuando los llamo… Hoy a uno, mañana a otro… Pero ellos… Ellos no. Ni siquiera quien me alejó una vez de esta idea que he llevado hoy a cabo… Ni siquiera ella se acuerda de que existo. Eso si… Me quiere mucho. Un cariño que como en la figura de mi padre, no veo reflejado. Mis aficiones y pasiones han sido pisoteadas una a una a lo largo de los años, la mayoría de ellas como perdida de tiempo, y el resto por falta del mismo. Me explico; dibujar… Siempre ha sido una de mis pasiones, desde mi más tierna infancia, lo único que escuchado desde mi casa, es que era una perdida de tiempo, y lo mismo de otras aficiones como pintar miniaturas de plomo y vinilo. Aun ganando dinero con ello, aun asi, ha sido una perdida de tiempo para mis progenitores. La lectura, otra gran pasión que con el paso de los tiempos he tenido que ir relegando a los minutos anteriores a las horas de sueño. Como antesala del merecido descanso, y no es suficiente muchas veces… La música, podría llevarme escuchándola las 24 horas del día. Pero actualmente no sobrepasa de las cuatro horas diarias, la mayor parte de ese tiempo, no dispongo de la atención necesaria que se merece, desperdiciando notas, acordes… Canciones completas que harían que mis vellos se erizaran y mis lágrimas brotaran de mis ojos en condiciones normales… Ahora mismo es como si mis oídos estuvieran embotados y no pudieran apreciar el privilegio que les concedo. El cine… O simplemente ver películas, en mi casa es una auténtica odisea, el televisor del salón está monopolizado por mis padres, y los pequeños… Bueno, uno en el cuarto de mi hermano y el otro en el dormitorio de mis padres. Yo me apaño como puedo, esperando a los fines de semana, o dando algún golpe de estado una noche en concreto, pero tampoco mucho más… El vídeo es mi única salida. Y no anda demasiado en condiciones. Ir al cine te priva del resto de vicios para toda la semana, voy de tarde en tarde, para películas puntuales. El resto… Me aguanto como tantas otras cosas y me jodo.

Joder no jodo… Así que he aquí otro motivo… No por el hecho en si de no acostarme con alguien, sino más bien por no haber encontrado a nadie con quien acostarme, que es muy diferente, estoy cansado de la soledad que siento en mi interior, estoy hastiado de dormir abrazado a una almohada y de coger de la mano al aire, de ser el amigo de todas y el amante de ninguna. ¿Sabes? He pasado por diferentes etapas en mi vida, y en cada una de ellas, si ha habido algo que me ha quedado claro. Es que las mujeres son lo peor de la creación, pérfidas… De lengua sibilina y doble moral, despreciables… ¿Notas la rabia contenida en mi voz? ¿Sabes cuanto las odio? ¿Y a la vez cuanto las quiero? Es otro motivo más para dejar de existir, el no tener que convivir con ellas… Y no dejar que vuelvan a hacerme daño, ni activa, ni pasivamente… Alguien que me leyó una vez las líneas de las manos, alguien a quien yo quise más de lo que se merecía; me dijo que tendría una relación larga con una mujer… Supongo que se equivocó. A no ser que tú seas esa mujer. No me contestes… Sé que no lo eres… Estaba bromeando conmigo mismo… La soledad es lo que más me duele… La maldita soledad en mi corazón es la que ha minado mis ganas de vivir… Esa soledad en mi vida es la que me hace sentir la necesidad de salir de aquí… Y ciertamente… Es lo único que quiero… en estos momentos… Dejar… De existir…

Sus ojos se cerraron, su boca quedo abierta; el último aliento, el último palpitar, tenue, cansado. El sonido de otra gota de sangre al caer sobre el suelo.

Se encontraba de pie, mirando su cuerpo muerto dentro de una bañera llena de agua teñida de sangre, ella aun estaba agachada, la cara oculta entre sombras. Con sus dedos recorriendo lentamente las sendas trazadas por la cera de una vela. Fue él quien volvió a romper el silencio.

- Bueno, se acabo… ¿Ahora qué?

- Ahora te llevaré conmigo…

- Entonces hay algo después de todo, ¿no?

- Sólo si tú lo quieres… Sólo entonces habrá algo.

- ¿Y si no quiero nada? ¿Qué pasara?

- Que sólo existirás en la memoria de los que te recuerden… Hasta que ellos a su vez también mueran. Entonces, dejaras de existir para siempre. ¿Qué eliges?



4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Yo tengo este cuento! Me lo pasaste hace años y todavía está guardado, cual tesoro, en la carpeta de los relatos a la espera de conocimiento.

Si escribes bien, puñetero. Necesitas escribir más, sobre lo que conoces y lo que te llena. Cuando se pone auténtico sentimiento y veracidad en algo, se nota en los resultados.

Un besote :)

Unknown dijo...

Bueno, la verdad es que Alba tiene razon, ....los acuario :S

Yo la verdad es que si tengo que admitir(y se que cuando algunos lean esto lo van a flipar) que mas de una vez me gusta fantasear con mi entierro.

Si, que le voy a hacer, me gusta imaginar que de algun modo estoy alli viendo las reacciones de la gente, sorprendiendome con las caras, con los gestos, observando a la gente como un fantasma cotilla, y diciendome a mi misma "yo no esperaba esto" , "mira este que hipocrita" y cosas asi.

Ya algun dia os detallaré mi entierro, como os he dicho lo he imaginado varias veces.

En cuanto al tema de la chica protagonista de la historia, yo tb he fantaseado algunas veces con ella, sobretodo en la forma que me gustaría llamarla, aunque hoy por hoy, yo no voy a ir a buscarla, ya vendrá ella cuando lo crea oportuno, y espero que su visita tarde bastante.

JPNietzche dijo...

La "Chika" de la historia esta sacada al 100 % de los komics de The Sandman de Neil Gaiman...

Es la manera ke tiene dicho autor de representarla... Alejado del arketipo cristiano de la calavera kon la guadaña...

A dia de hoy no la busco... Pero seria de agradecer ke ciertamente en esos momento una mirada calida y una dulce sonrisa te ayudara a pasar al otro lado...

DarthIA dijo...

La verdad es que, desde cierto punto de vista, esa forma de dar el paso parece incluso menos traumática. La muerte es simplemente un cambio de estado en el alma.

A veces me dan flashes mentales y me veo muerto tras un accidente. Son imágenes instantáneas, que pasan por mi mente cuando hago algo que pudiera tener algún peligro. Incluso a veces son muertes absurdas las que imagino.

Por cierto que el comienzo del cuento se parecía al comienzo de un relato corto que siempre pensé en escribir y nunca lo hice... Tal vez me atreva en mi blog algún día que esté inspirado...

Sí, definitivamente, los acuario sois muy especiales. En el buen sentido de la palabra, obviamente :)